En 2019 lancé Dakini Vidrio como un espacio de desarrollo donde comparto procesos y experimentación con vidrio modelado a la flama. Las piezas que surgen de esta experiencia son únicas, ya que se realizan una por una mediante esta técnica.
Busco formas que puedan ser tocadas y llevadas en el cuerpo, indagando en la interacción con esta materia que, a nivel táctil, resulta tan interesante.
Me atraen las transparencias conjugadas con la luz, los reflejos y brillos que ofrece, así como su propiedad mutable, capaz de ser reutilizada y fundida infinitamente sin perder sus propiedades.
Insisto en explorar las formas fluidas que puede adoptar el vidrio al entrar en contacto con la flama.
Al estar compuesto por elementos que provienen del mar —arena, conchas, corales, entre otros—, percibo esta materia prima como algo precioso y misterioso.
De alguna manera, esas impresiones terminan atravesando las formas que surgen durante su manipulación.